La reactivación de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa se produce tras la aprobación del parlamento regional de Niigata y en medio de preocupaciones sociales sobre la seguridad nuclear.
Japón Reactiva la Central Nuclear de Kashiwazaki-Kariwa Tras 14 Años
Cortesía de diariopanorama
El pasado lunes, la Asamblea Legislativa de la Prefectura de Niigata otorgó su respaldo a un proyecto de ley que facilita la reactivación de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, reconocida como la más grande a nivel mundial, más de catorce años después del trágico accidente en Fukushima Daiichi. Este acontecimiento constituye un hito significativo en el proceso de retorno de Japón a la energía nuclear, en un contexto marcado por la persistencia de inquietudes relacionadas con la seguridad y una notable resistencia social.
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Situada en la costa del mar de Japón, a aproximadamente 220 kilómetros al noroeste de Tokio, esta planta fue una de las 54 instalaciones nucleares clausuradas tras el devastador terremoto y tsunami de 2011, que desencadenaron el accidente nuclear más grave desde el ocurrido en Chernobyl. La central de Kashiwazaki-Kariwa, que alberga siete reactores actualmente inactivos, es administrada por la Tokyo Electric Power Company (Tepco), la misma entidad responsable de la operación de la planta de Fukushima antes de que se produjera el colapso de sus sistemas de seguridad.
Con la reciente aprobación legislativa, respaldada por el Partido Liberal Democrático (PLD), Tepco se encuentra en condiciones de avanzar hacia la reactivación de la Unidad 6, prevista para el 20 de enero, según informes de la cadena pública NHK. Sin embargo, la empresa ha optado por no confirmar una fecha exacta. De llevarse a cabo esta reactivación, se trataría de la primera central reiniciada bajo la supervisión de Tepco desde el desastre de Fukushima, lo que podría incrementar aproximadamente un 2% el suministro eléctrico en la región metropolitana de Tokio.
El gobernador de Niigata, Hideyo Hanazumi, expresó su satisfacción por el resultado de la votación, pero enfatizó que la seguridad seguirá siendo una prioridad fundamental. “La garantía de la seguridad será un proceso continuo. Comenzaremos a implementar medidas de seguridad y a preparar rutas de evacuación y refugios”, comentó tras la sesión parlamentaria. No obstante, el propio gobernador admitió su deseo de ver un futuro con menor dependencia de la energía nuclear, manifestando: “Quiero experimentar una era en la que no tengamos que depender de fuentes de energía que nos generan ansiedad”.
El reinicio de la planta nuclear forma parte de la estrategia energética del gobierno japonés, cuyo objetivo es reducir la dependencia de combustibles fósiles importados, que hoy en día representan entre el 60% y el 70% de la generación eléctrica nacional. En el año anterior, Japón destinó 10,7 billones de yenes (aproximadamente 68.000 millones de dólares) a la importación de gas natural licuado y carbón, una cifra que equivale a una décima parte de sus costos totales de importación.
La primera ministra Sanae Takaichi, quien asumió el cargo hace dos meses, se pronuncia a favor de la reactivación de la energía nuclear como un medio para fortalecer la seguridad energética, contener los costos de la electricidad y cumplir con los objetivos de descarbonización. Japón ha establecido como meta duplicar la participación de la energía nuclear en su matriz energética, lo que indica un claro compromiso hacia un futuro energético más sostenible.
