El anuncio de un acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea, previsto para el 20 de diciembre, se ve comprometido por la oposición de Francia y su solicitud de revisión del tratado comercial.
Francia obstaculiza el Acuerdo Mercosur-Unión Europea y provoca su aplazamiento
En el contexto de la reciente cumbre del G20, celebrada en noviembre, el presidente brasileño Lula da Silva reveló una noticia de significativa trascendencia internacional: la intención del Mercosur de formalizar un acuerdo comercial con la Unión Europea. La fecha inicialmente estipulada para la firma de este convenio, considerado como un hito en la cooperación internacional, era el 20 de diciembre, en una reunión programada en Brasil donde se congregarían las principales autoridades de ambos bloques. No obstante, la resistencia manifestada por el gobierno francés ha ocasionado un retraso significativo en este proceso.
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En su declaración, Lula da Silva expresó su entusiasmo respecto a este acuerdo, el cual se postula como un motor para el crecimiento económico de las dos regiones involucradas. Según el mandatario, el convenio incluye disposiciones que resultan ventajosas para todos los países que integran el bloque, subrayando su relevancia al conectar a 722 millones de personas y movilizar un producto bruto interno total de 22 billones de dólares.
Con base en estas cifras, Lula considera que este acuerdo podría constituir el mayor pacto comercial a nivel global, describiéndolo como un evento de carácter histórico. El presidente subrayó que tal iniciativa es crucial para el avance del Mercosur, especialmente en cuanto a la apertura de nuevos mercados en Europa, con énfasis en el sector agroexportador, que se beneficiaría considerablemente.
Por su parte, la Unión Europea también obtendría una serie de ventajas significativas, tales como la diversificación de sus relaciones comerciales ante la competencia global y el acceso a bienes industriales en el mercado sudamericano. Además, este convenio fortalecería los vínculos diplomáticos entre las naciones de ambos continentes, lo que, a su vez, favorecería una comunicación más fluida y un mayor entendimiento mutuo.
A pesar de las declaraciones optimistas de Lula da Silva sobre la inminente firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea, un obstáculo considerable se presentó en la figura de Francia. Bajo el liderazgo de Emmanuel Macron, Francia se posicionó como el único país en contra del convenio, argumentando que este impacta negativamente en el sector agrícola europeo. Por esta razón, el mandatario francés solicitó la revisión del acuerdo y el aplazamiento de su firma, programada para el próximo sábado en Foz de Iguazú.
Desde un principio, Macron dejó clara su negativa a otorgar un «cheque en blanco» al Mercosur, mientras el sector agrícola europeo enfrenta dificultades. Con el respaldo de Italia, Austria, Bélgica y otras naciones que también expresaron su oposición al tratado, logró que se postergara la firma para enero, aunque persiste la incertidumbre en torno a la resolución de las problemáticas planteadas en el acuerdo en un plazo tan breve.