Letcher advierte sobre el impacto del nuevo esquema cambiario en 2026

El economista Letcher ha formulado una serie de observaciones críticas en relación con el nuevo esquema cambiario, manifestando que desde su ámbito se han planteado interrogantes sobre el verdadero propósito de dicha modificación. "Nuestra hipótesis es que la modificación fue más bien de índole cosmética, al menos en la cabeza del Gobierno", explicó, sugiriendo que el Ejecutivo persiste en la creencia de que no requiere dólares ni la acumulación de reservas para el adecuado funcionamiento del mercado cambiario. Asimismo, indicó que el ajuste en las bandas se efectuó a instancias del Fondo Monetario Internacional para facilitar la aprobación de un waiver.

En este contexto, Letcher ha manifestado su descontento en relación a la posible aprobación del perdón por incumplimientos, a la que calificó de escándalo, enfatizando que las metas se han visto vulneradas por aproximadamente 15 mil millones de dólares, aun después de haber sido rectificadas. Complementó su crítica con el escaso rendimiento observado en la licitación de los bonos AL29D, cuya respuesta no acompaña la estrategia planteada por el Gobierno.

Perspectivas de actividad económica

Al proyectar la evolución de la actividad económica hacia el año 2026, Letcher delineó un panorama caracterizado por la dualidad. Por un lado, sectores tales como minería y energía exhiben un comportamiento robusto; por otro, ramas como la industria y la construcción continúan enfrentando adversidades significativas. "Ese esquema dudo que cambie en el transcurso del 2026", advirtió, especificando que aunque el agregado de la actividad podría presentar cifras moderadas o levemente positivas, se trataría de sectores que no generan empleo, limitando así el impacto social de dicho crecimiento.

Relación entre salarios e inflación

En cuanto a la interacción entre los salarios y la inflación, Letcher señaló que el Gobierno ha ido perdiendo las anclas que previamente utilizaba para contener el aumento de precios. La política monetaria, afirmó, se ha vuelto difusa, mientras que la política cambiaria ha sido desestimada con la modificación de las bandas. En consecuencia, la única ancla clara que persiste es la fiscal, que está principalmente vinculada a los ajustes en jubilaciones y salarios. "A partir del primero de enero, salarios y jubilaciones pasan a ser prácticamente las únicas anclas inflacionarias", sostuvo.

Con base en este escenario, el economista anticipó que tanto los salarios como las jubilaciones no experimentarán un desempeño favorable en el año 2026. En relación a los haberes previsionales, recordó que la actual situación plantea serias preocupaciones sobre su capacidad de adaptación ante un contexto inflacionario adverso.

La perspectiva de un 2026 con salarios y consumo deprimidos se convierte en un tema de preocupación central, lo que requiere un análisis exhaustivo de las políticas económicas vigentes y sus posibles repercusiones en la sociedad.