Fallece Héctor Alterio, leyenda del cine argentino, a los 96 años en España

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Héctor Alterio, reconocido ícono del cine argentino, falleció a los 96 años en España, donde residió desde 1975.

El renombrado actor Héctor Alterio, figura emblemática del cine argentino, falleció el pasado sábado a la avanzada edad de 96 años en territorio español, donde había establecido su residencia desde el año 1975.

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A través de su vasta trayectoria, Alterio dejó una huella imborrable en el ámbito cinematográfico, interpretando personajes memorables que abarcan desde la entrañable figura de Martín Santomé en La Tregua, hasta el conmovedor Nino Belvedere, quien acompaña a su esposa aquejada de Alzheimer en El hijo de la novia. Asimismo, su actuación como el represor militar en La Patagonia Rebelde y como el empresario Roberto Ibáñez en La historia oficial destaca su versatilidad. En la película Caballos salvajes, su icónica frase “¡Puta, que vale la pena estar vivo!” resonó con fuerza entre las audiencias, consolidando su legado en más de un centenar de producciones cinematográficas, tanto en Argentina como en España, así como en su igualmente notable carrera en teatro y televisión.

Nacido el 21 de septiembre de 1929 en el barrio de Chacarita, Héctor Benjamín Alterio fue hijo de inmigrantes italianos que, tras arribar a Argentina después de la Primera Guerra Mundial, se establecieron en el país con grandes expectativas. Desde su infancia, Alterio manifestó su vocación artística, la cual se vio influenciada por la música napolitana que su madre le cantaba en su niñez. Sin embargo, la muerte de su padre a los doce años lo obligó a asumir responsabilidades familiares, lo que alteró su trayectoria inicial.

Marina Zucchi, en un artículo para Clarín, evocó que “hay canciones napolitanas cantadas por su madre que, aunque borrosas, no pudieron desvanecerse de esas reminiscencias de los primeros años”. Esta conexión con sus raíces italianas fue fundamental en su desarrollo personal y artístico, ya que sus padres, Giovanni Alterio y Elvira Onorato, le transmitieron un legado cultural significativo.

Los recuerdos de su infancia, que abarcan desde las travesuras en Plaza Los Andes hasta la fascinación por el equipo de fútbol Chacarita, se entrelazan con su visión del Buenos Aires de los años 40, tiempo en el cual comenzó a forjar su identidad artística. A los diecinueve años, mientras se formaba en arte dramático y desempeñaba diversos trabajos, Alterio logró su debut profesional en la obra Prohibido suicidarse en primavera, una pieza teatral de Alejandro Casona que marcaría el inicio de su carrera.

Durante la década de 1940, su dedicación al arte lo llevó a alternar entre su actividad como actor y distintos empleos, incluidos labores como vendedor y corredor en Terrabusi, lo que le permitió adquirir experiencia y recursos para continuar su carrera. Su capacidad para unificar su pasión por la actuación con un enfoque emprendedor lo llevó a convertirse en uno de los principales impulsores del movimiento del Nuevo Teatro, contribuyendo de manera significativa al enriquecimiento cultural de la escena teatral.

El legado de Héctor Alterio en el cine, teatro y televisión trasciende generaciones, consolidándose como uno de los actores más importantes de la historia cultural argentina, cuyo impacto perdurará en la memoria colectiva de la sociedad.