Crisis Humanitaria en Gaza: Aumento del 75% en Mortalidad Neonatal

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El informe de Unicef revela que la mortalidad neonatal en Gaza ha incrementado drásticamente debido a la desnutrición materna y el colapso de servicios básicos.

El reciente informe elaborado por Unicef sobre la mortalidad neonatal en la Franja de Gaza pone de manifiesto una crisis humanitaria de consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo. Entre los meses de julio y septiembre de 2025, se registraron 141 decesos de recién nacidos en sus primeras 24 horas de vida, cifra que indica un incremento alarmante en comparación con el periodo anterior al conflicto. De acuerdo con la mencionada agencia, la tasa de mortalidad neonatal en el mismo día del nacimiento ha experimentado un incremento del 75% en los últimos tres meses, en relación con mediciones previas.

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Este fenómeno no se atribuye exclusivamente a las consecuencias directas de la violencia, sino que se enmarca en una serie de factores estructurales relacionados con el asedio y el colapso de los servicios básicos. La desnutrición materna durante el embarazo, provocada por la falta de acceso regular a alimentos nutritivos, el estrés extremo y la limitación en la atención prenatal, ha llevado a un aumento sostenido en la tasa de partos con bajo peso al nacer. Antes del conflicto, el promedio mensual de recién nacidos con un peso inferior a 2,5 kg era de aproximadamente 250; sin embargo, en la primera mitad de 2025 esta cifra creció a 300, y desde julio se ha elevado a 460 casos mensuales, más del doble del promedio anterior, lo que actualmente representa más del 10% de los partos en la región.

El bajo peso al nacer está íntimamente relacionado con una mayor vulnerabilidad a infecciones y complicaciones neonatales, ya que los neonatos con un peso inferior tienen una probabilidad significativamente mayor de fallecer durante sus primeros días y semanas de vida. Tess Ingram, gerente de comunicación de Unicef, enfatizó en Ginebra que en Gaza se conjugan la mala nutrición materna, el elevado estrés y la atención prenatal insuficiente. En su declaración, describió a recién nacidos extremadamente frágiles, algunos de ellos con un peso inferior a un kilogramo, y advirtió que tales condiciones multiplican por veinte el riesgo de mortalidad neonatal en comparación con aquellos neonatos que presentan un peso adecuado.

El bloqueo y las restricciones al ingreso de suministros médicos y alimentarios agravan aún más esta situación. Aunque en el mes de agosto se observó una leve mejora en la entrada de alimentos en comparación con meses anteriores, Unicef señala que el daño ya estaba consolidado para aquellas mujeres que atravesaron embarazos durante la fase de mayor escasez. En el último trimestre, se constató que el 38% de las mujeres embarazadas analizadas presentaba desnutrición severa, lo cual contribuye a explicar, en parte, el aumento en los nacimientos de alto riesgo.

Simultáneamente, el sistema de salud en Gaza enfrenta una situación de colapso, caracterizada por hospitales dañados, personal médico fallecido o desplazado y una escasez crítica de insumos y equipamiento esencial para el cuidado neonatal. Estas limitaciones obstaculizan la provisión de atención especializada, como las unidades de cuidados intensivos neonatales, que son imprescindibles para la supervivencia de bebés prematuros o de muy bajo peso.

Un informe complementario de la ONU, publicado a principios de septiembre, refuerza esta radiografía al indicar que aproximadamente 6.000 niños en la Franja padecen de desnutrición severa, y que, en agosto, la situación no mostró mejoras significativas. Esta alarmante realidad subraya la necesidad urgente de intervención humanitaria en la región.