Somniloquia: Entendiendo el fenómeno de hablar dormido en adultos y niños

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La somniloquia, o hablar dormido, es un fenómeno que refleja el estado emocional y mental del individuo durante el sueño.

El fenómeno de hablar mientras dormimos puede ser percibido como una curiosidad anecdótica; no obstante, su reiteración puede perturbar el descanso o suscitar inquietudes en quienes cohabitan con el individuo afectado. La disciplina psicológica proporciona un marco teórico claro para este fenómeno, conocido técnicamente como somniloquia, que representa un tipo de parasomnia caracterizada por la actividad cerebral parcial durante el sueño.

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A pesar de que la somniloquia se asocia frecuentemente con la infancia, dado que es común en niños y adolescentes, también puede manifestarse en adultos, especialmente en periodos de elevada carga emocional. Aunque no representa un comportamiento intrínsecamente peligroso, puede servir como un indicador de que el equilibrio mental o los hábitos de descanso requieren atención profesional.

Los expertos sostienen que hablar dormido, en múltiples ocasiones, se manifiesta como la expresión de un sistema nervioso sobreestimulado. Cuando la mente no logra desconectarse completamente, se activan involuntariamente áreas del cerebro vinculadas al lenguaje. Por consiguiente, las frases que se articulan suelen ser breves, incoherentes o incluso incomprensibles; sin embargo, durante episodios de mayor estrés emocional, pueden surgir diálogos completos o expresiones cargadas de significación.

Entre las causas más prevalentes del fenómeno, la psicología destaca el estrés acumulado, la ansiedad cotidiana, así como las preocupaciones no procesadas durante el día. Asimismo, alteraciones en la rutina diaria, la privación del sueño, el consumo de alcohol y la falta de horarios regulares para el descanso pueden influir significativamente. En ocasiones, la somniloquia puede coincidir con etapas de transiciones vitales críticas, tales como mudanzas, rupturas sentimentales, evaluaciones académicas, nuevos empleos o situaciones de duelo.

A pesar de que, en la mayoría de los casos, no constituye un riesgo para la salud, existen ciertos síntomas que ameritan atención. Cuando hablar dormido se presenta junto a movimientos bruscos, episodios de sonambulismo, sueños vívidos o interrupciones frecuentes del descanso, será aconsejable consultar con un especialista en trastornos del sueño. Lo mismo aplica si las expresiones verbales incluyen contenido emocional intenso, como gritos, insultos o llanto, dado que pueden indicar un elevado nivel de tensión interna.

Es fundamental prestar atención al contexto emocional en el que se manifiesta la somniloquia. Este fenómeno frecuentemente actúa como una válvula de escape del inconsciente; lo que no se puede verbalizar o procesar durante el día puede emerger durante la noche sin filtros. Por consiguiente, mejorar la higiene del sueño, reducir los estímulos previos al descanso y crear espacios adecuados para la descarga emocional puede atenuar significativamente estos episodios.