Descubre cómo preparar un vitel toné económico y delicioso para las festividades.
Vitel Toné Económico: Receta Práctica para Celebraciones Festivas
Cortesía de minutoneuquen
En numerosas familias argentinas, el vitel toné no solo se considera un plato emblemático, sino que también representa un símbolo de la celebración. La presencia de esta fuente fría, adornada con una salsa cremosa y decorada con alcaparras, indica de manera inequívoca que la temporada festiva se aproxima. No obstante, este tradicional símbolo navideño frecuentemente se asocia con un costo elevado, particularmente debido al precio del peceto, el corte de carne convencional. La noticia alentadora es que es posible preservar la esencia de este icónico plato, adaptándolo a un contexto económico que exige una revisión exhaustiva de los gastos: se puede optar por un vitel toné económico, de fácil preparación y, además, muy rendidor.
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El primer paso radica en la elección del corte de carne. Lejos de la necesidad del peceto, esta variante se adapta perfectamente a cortes más asequibles como la nalga, la cuadrada o la tapa de nalga. Estos cortes, al ser cocinados con paciencia, logran una textura tierna que resulta ideal para ser cortada en fetas delgadas. La clave reside en una cocción lenta, aromatizada apenas con un diente de ajo y unas hojas de laurel, que aportan una profundidad de sabor sin incrementar el costo. Una vez que la carne ha alcanzado el punto de cocción, es fundamental dejarla enfriar por completo, un gesto sencillo pero esencial que permite obtener las láminas delgadas que son características de este plato.
En cuanto a la salsa, esta se convierte en la aliada principal de esta versión más accesible. Utilizando ingredientes básicos y de fácil acceso —mayonesa, crema o leche, atún y un ligero toque de mostaza— se logra una mezcla cremosa, suave y perfectamente equilibrada. No es necesario complicarse con el vitel toné: simplemente se debe procesar todo junto hasta obtener una textura homogénea. Si el presupuesto no permite incluir alcaparras, estas pueden ser sustituidas por pepinillos picados, los cuales aportan el mismo contrapunto ácido que realza el plato.
Una vez que la carne ha sido enfriada y cortada, se procede a la presentación en la fuente. Cada feta se coloca cuidadosamente, como si cada una tuviera un lugar específico, permitiendo un ligero solapamiento. Posteriormente, se lleva a cabo la etapa más apetitosa: bañar la carne con la salsa, que se desliza suavemente y la cubre por completo. Unos delicados toques de alcaparras o pepinillos finalizan la presentación. Lo más recomendable es dejar reposar la preparación en la heladera durante algunas horas. Este tiempo de frío proporciona la oportunidad para que la carne absorba la salsa, permitiendo que los sabores se integren y el vitel toné adquiera un cuerpo y una personalidad distintiva.
El resultado final es un plato fresco, abundante y completamente adecuado para grandes reuniones familiares. Con un kilogramo de carne y una salsa generosa, esta versión tiene la capacidad de alimentar a numerosos comensales sin esfuerzo alguno. Esta propuesta es una clara demostración de que mantener tradiciones culinarias no necesariamente implica altos costos, y que los sabores que nos han acompañado a lo largo de generaciones también pueden ser reinterpretados con inteligencia y sencillez.
