La desvinculación de Melissa Barrera de Scream 7 ha transformado radicalmente la narrativa de la franquicia, llevando al estudio a reintegrar a los personajes originales en la nueva entrega.
Impacto de la salida de Melissa Barrera en Scream 7 y la saga
Cortesía de diariopanorama
El lanzamiento de Scream 7 está programado para el 27 de febrero de 2026, marcando un punto de inflexión significativo en la trayectoria creativa de esta icónica franquicia de terror. Este cambio se ha visto impulsado por la desvinculación de Melissa Barrera, quien había sido una figura central en el relanzamiento de la saga iniciado en 2022, y cuyo despido ha provocado una reestructuración completa de la narrativa planeada.
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Barrera, que había interpretado el papel de Sam Carpenter, se posicionaba como el pilar para el futuro de Scream junto a su hermana ficticia, encarnada por Jenna Ortega. Sin embargo, su salida del proyecto se produjo tras sus declaraciones públicas en contra del genocidio en Gaza, lo cual desencadenó una serie de repercusiones internas que modificaron drásticamente la hoja de ruta de la franquicia.
Posteriormente a su desvinculación, y ante la consiguiente baja de Ortega por incompatibilidades de agenda, la producción de la séptima entrega se encontró sin director y con una narrativa indefinida. En respuesta a esta situación, la productora Spyglass tomó la decisión de retornar a los orígenes, convocando a Kevin Williamson, el guionista de la película original, quien asumirá también la dirección en esta nueva entrega. Esta decisión implica la cancelación de la narrativa centrada en las hermanas Carpenter, priorizando en su lugar el regreso de Neve Campbell y Courteney Cox, quienes han sido protagonistas históricas de la saga.
La relevancia de Barrera en la planificación inicial del proyecto fue subrayada recientemente por Skeet Ulrich, quien interpretó a Billy Loomis. En una entrevista con Entertainment Weekly, Ulrich confirmó su ausencia en Scream 7 y expuso el arco argumental que se había proyectado para Sam antes de la reconfiguración. Según sus declaraciones, la historia contemplada entre las películas cinco y siete presentaba a su personaje influyendo gradualmente en su hija, transformándola en Ghostface. Este desarrollo, afirmó, formaba parte de un acuerdo estipulado para tres entregas, un plan que finalmente se vio truncado por la salida de Barrera.
La reorientación de la franquicia, por consiguiente, vuelve a centrar la atención narrativa en los personajes originales, revitalizando así el interés de los seguidores de la saga y planteando un nuevo rumbo que busca reconciliar el legado de Scream con las expectativas contemporáneas del público.
