Yanella, madre y artista urbana, conmueve en Buenas Noches Familia y obtiene un premio que revitalizará su hogar y mejorará su futuro familiar.
Cantante callejera Yanella transforma su vida con premio en televisión
Cortesía de minuto1
En cada rincón de Buenos Aires, la figura de Yanella se erige como un símbolo de perseverancia, mientras su cautivadora voz atrae la atención de transeúntes que, por un breve momento, se detienen a escucharla. En las frías noches de Puerto Madero y en la dinámica avenida Corrientes, esta artista urbana se presenta ante desconocidos, con la finalidad de reunir ingresos esenciales para el sustento de sus tres hijas. Sin embargo, la noche del lunes trascendió lo habitual, ya que su actuación no solo buscaba la subsistencia, sino que representaba una oportunidad de construir un futuro más prometedor para su familia.
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A sus 38 años, Yanella enfrenta el desafío de criar en solitario a Valentina, Juana y Ema, en un modesto hogar ubicado en Florencio Varela. La casa, aunque rebosante de amor, carece de elementos fundamentales como agua caliente y presenta una estructura que demanda reparaciones urgentes. Las condiciones básicas que muchos consideran garantizadas, para ella han sido un anhelo difícil de concretar a lo largo de los años.
Motivada por su realidad, más que por la búsqueda de notoriedad, decidió presentarse en el programa Buenas Noches Familia, conducido por Guido Kaczka. Su objetivo era claro y preciso: obtener los recursos necesarios para mejorar la calidad de vida de sus hijas. Al posicionarse frente a las cámaras, Yanella manifestó una fortaleza inquebrantable, afirmando que “Es un poquito más relajado, hacerlo en vivo en la calle es distinto”. Para muchos, la experiencia de cantar en televisión puede resultar intimidante; sin embargo, para ella, habituada a públicos cambiantes, esta vivencia se tradujo en un alivio.
Durante su actuación, interpretó una serie de canciones emotivas, tales como “Otra noche”, “El adivino”, “El amor de mi vida”, “Oncemil”, “Como la flor” y “Cobarde”, las cuales resonaron profundamente en los corazones de los espectadores. Desde su hogar, sus hijas siguieron la transmisión en vivo, sintiéndose orgullosas de la valentía y el talento de su madre.
La conexión establecida con Guido, la respuesta del público y la conmovedora historia de Yanella conferían a cada instante al aire una carga emocional notable. Su relato sobre la singularidad de sus hijas ilustró el profundo vínculo que comparten: “La más chiquita es jodida, salió a mí, obvio; la del medio, Juana, es pisciana, más sensible, y la más grande es para mí un amor, es re dedicada a las hermanas”. La culminación del segmento llegó cuando el conductor tomó el teléfono móvil de Yanella y la invitó a visualizar la suma de dinero recolectada gracias al formato del programa.
La cifra alcanzada superó cualquier expectativa: casi 7 millones de pesos. Este monto no solo representaba un premio monetario, sino que constituía una oportunidad de cambio y estabilidad, permitiendo a Yanella realizar las mejoras necesarias en su hogar y ofrecer un futuro más digno a sus hijas.
