IOMA: despiden a gremialistas que denunciaron corrupción en el manejo de fondos de la obra social

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El kirchnerismo avanza en el recambio de empleados vinculados al área de la salud. Tras la seguidilla de despidos en el Programa de Asistencia Médica Integral (PAMI) -que continúa y ya suma más de 400 empleados desplazados-, llegó el turno de los trabajadores bonaerenses del Instituto de Obra Médico Asistencial (IOMA), obra social que tiene más de dos millones de afiliados, un presupuesto de casi el 8% del PBI bonaerense y está a cargo del militante de La Cámpora Homero Giles.

Las autoridades del IOMA despidieron la semana pasada a seis gremialistas del Sindicato Único de Profesionales, Trabajadores y Técnicos del IOMA (Supttioma) -gremio vinculado a la Coordinación General de Trabajadores Estatales (Conagres)-, entre los que se encuentra el propio presidente, Idelmar Seillant, quien lleva quince años en la institución y ha denunciado múltiples irregularidades en los manejos de la caja de salud provincial, tras el paso de los distintos gobiernos.

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"Fue un acto sin antecedentes. Irregular, antidemocrático y antijurídico. Sin sanciones ni aviso previo. Solo durante la dictadura pasó que un gobierno desintegre a un gremio y a su comisión directiva", indicó Seillant, en diálogo con LA NACION.

Homero Giles, titular del IOMA, junto al viceministro de salud bonaerense, Nicolás Kreplak, y el jefe de gabinete bonarense, Carlos Bianco
Homero Giles, titular del IOMA, junto al viceministro de salud bonaerense, Nicolás Kreplak, y el jefe de gabinete bonarense, Carlos Bianco

Según el médico, el motivo por el cual fue despedido, junto a otras cinco empleadas, es político: "El Gobierno le tiene miedo a la verdad. Hicimos un informe anual de gestión, y descubrimos que las compras y suministros en IOMA, con la excusa de la pandemia, cargan sobreprecios de hasta un 400% y se direccionan a empresas amigas ", explicó Seillant, y continuó: "Pasa con las prótesis, los medicamentos de alto costo y baja incidencia y las drogas especiales, por ejemplo. También, hay prestadores amigos, que facturan sin tener el alta".

Denuncias por corrupción

Supttioma lleva acumuladas casi 50 denuncias por irregularidades en la gestión de la obra social bonaerense, que no se corresponden únicamente con el mandato de Axel Kicillof, sino que muchas datan de los años en los que el exgobernador Daniel Scioli lideraba la provincia, por 2014, o coinciden con el mandato de María Eugenia Vidal, anterior al de Kicillof.

"He tenido cruces con otros gobiernos, me ha pasado que me han querido echar, pero nunca como ahora. Es un atropello", insistió el médico gremialista, que, según afirma, se encuentra "tutelado"; es decir, fue aceptado como autoridad sindical por el IOMA y por el Ministerio de Trabajo bonaerense.

Fuentes vinculadas al IOMA, sin embargo, afirmaron a LA NACION que el único vínculo que el gremialista tenía con la obra social "era una medida cautelar". Según explicaron desde el organismo, Seillant había presentado un recurso de amparo en 2010, ante la justicia provincial, porque quería pasar de planta transitoria a planta permanente. Esa resolución demoró diez años y, mientras tanto, el sindicalista y auditor del IOMA percibió su sueldo con regularidad. "Se le ofreció, pero nunca quiso firmar un contrato de locación", remarcaron.

El médico gremialista Idelmar Seillant, que lleva ocho años a la cabeza del Sindicato Único de Profesionales, Trabajadores y Técnicos del IOMA (Supttioma), fue despedido junto a otras cinco integrantes del gremio con más de15 años en sus puestos
El médico gremialista Idelmar Seillant, que lleva ocho años a la cabeza del Sindicato Único de Profesionales, Trabajadores y Técnicos del IOMA (Supttioma), fue despedido junto a otras cinco integrantes del gremio con más de15 años en sus puestos

"No es que lo echaron, sino que la Justicia, en diciembre de 2020, le informa al IOMA que no da lugar a lo que solicita el presidente de Supttioma", justificaron la salida las fuentes relacionadas a la obra social bonaerense, y dispararon: "Seillant, al menos, tendría que reconocer que hay un conflicto de intereses y ético. No se puede estar de los dos lados del mostrador. Era auditor y prestador al mismo tiempo".

La situación de las demás integrantes de Supttioma despedidas sería similar, según indicaron las fuentes cercanas a Giles, el camporista a cargo de la obra social provincial. "Algunas estaban dentro de la misma presentación ante la Justicia, pero habían firmado contratos mientras esperaban una resolución. Esos contratos tenían vencimientos y se cayeron", detallaron las fuentes, y adelantaron: "De todas maneras, con esas personas ya se está trabajando para que continúen".

"Falsos peronistas"

Seillant, en cambio, afirma: "Nunca me dejaron firmar contrato por estar bajo una medida cautelar, aún cuando el juez me lo habilitaba". Junto al resto de la comisión que integra Supttioma, bajo el lema "si nos tocan a uno, nos tocan a todos", el gremialista encabeza una campaña contra los despidos, que tendrá su expresión formal el próximo 3 de febrero en las calles de la ciudad de La Plata, en donde los referentes se manifestarán frente a las puertas del instituto y frente a la casa de gobierno de la Provincia para acercar un petitorio a Kicillof.

"Repudiamos la actuación de los directivos del IOMA, a expensas de los deseos y requerimientos del Sr. Homero Giles y la runfla política que lo acompaña en la gestión de la provincia de Buenos Aires, en vista de los hechos ocurridos contra trabajadores del Instituto de Obra Médico Asistencial", empieza un comunicado firmado por los empleados de Supptioma despedidos -María Adela Silveira, secretaria de Asuntos Jurídicos; Silvia Adela Gutiérrez, vocal; Sandra Karina Rodríguez, delegada; Sandra Estela María Bottero, vocal suplente; Adriana Elizabeth Benavídez, secretaria de Acción Social y Turismo, y el presidente, Seillant-.

En el texto, los firmantes denuncian el "despido arbitrario y sin justa causa" de Seillant y sus compañeras. "Todos dirigentes de nuestro sindicato Supttioma, todos con más de 15 años de actividad en el IOMA", indican. "Repudiamos a los 'falsos peronistas', por la 'falsa reivindicación de derechos' y la discriminación de trabajadores", continúa el comunicado que exige la "reincorporación inmediata" de los desplazados.

Carta a Axel Kicillof

Seillant envió hace unos días una carta documento dirigida a Kicillof, en la que denuncia que "los funcionarios del IOMA acaban de perfeccionar los despidos inmotivados de seis trabajadores, que resultan ser miembros de la Comisión Directiva" del sindicato Supttioma, y alega que todos ellos tenían contratos vigentes hasta marzo de 2024.

"Todos ejerciendo regularmente la representación sindical invocada, todos sin haber sido reprochados sus comportamientos disciplinarios, todos sin que se haya instrumentado previamente la exclusión judicial de las tutelas sindicales afectadas y todos por el solo hecho de ejercer legalmente los derechos sindicales que emanan del sistema sindical argentino", indicó Seillant, y agregó: "Solicito que intervenga, a fin de exigirle al presidente [del IOMA] la íntegra revocación de este tipo de decisiones que afectan gravemente la garantía de la libertad sindical y elementales derechos del trabajo".

"Pamización del IOMA"

El conflicto por los despidos recientes, se da en el marco de un 2020 cargado de deudas de pago y desacuerdos entre el IOMA y los organismos asociados, como la Agremiación Médica Platense, con la cual el ente de Giles cortó convenio en dos oportunidades, medida que inhibió la atención de 5000 médicos.

Además, entre rumores que persisten acerca de la posible "pamización" del IOMA -que impediría al afiliado elegir el profesional y el lugar de atención-, un fantasma que apareció tras darse a conocer que la cúpula de Giles adquirió una clínica en la localidad de Temperley, inaugurada el 10 de agosto pasado, y que avanzaría en negociaciones para comprar otros centros médicos.

En efecto, a principios de enero, Giles inauguró un centro de policonsultorios en La Plata para la atención exclusiva de afiliados del IOMA. El temor, entre los profesionales de la salud, es que se pauperice el mercado de atención, dado que la obra social elige su propio equipo de médicos para atender los centros y no exige un copago en estos lugares, lo cual incentiva a concentrar allí el flujo de pacientes afiliados.

Sobre este punto, el presidente del IOMA había explicado a LA NACION que "nadie está obligado a atenderse en el sanatorio de Temperley", y que la institución "no tiene recursos para seguir invirtiendo" en centros propios. "De tener las herramientas, desde ya que estaríamos dispuestos", manifestó Giles, meses atrás. Todo indicaría que el IOMA se ingenió para conseguir esas herramientas y sumar un nuevo centro de salud bajo su ala.

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Según el médico, el motivo por el cual fue despedido, junto a otras cinco empleadas, es político: "El Gobierno le tiene miedo a la verdad. Hicimos un informe anual de gestión, y descubrimos que las compras y suministros en IOMA, con la excusa de la pandemia, cargan sobreprecios de hasta un 400% y se direccionan a empresas amigas ", explicó Seillant, y continuó: "Pasa con las prótesis, los medicamentos de alto costo y baja incidencia y las drogas especiales, por ejemplo. También, hay prestadores amigos, que facturan sin tener el alta".

Supttioma lleva acumuladas casi 50 denuncias por irregularidades en la gestión de la obra social bonaerense, que no se corresponden únicamente con el mandato de Axel Kicillof, sino que muchas datan de los años en los que el exgobernador Daniel Scioli lideraba la provincia, por 2014, o coinciden con el mandato de María Eugenia Vidal, anterior al de Kicillof.

"He tenido cruces con otros gobiernos, me ha pasado que me han querido echar, pero nunca como ahora. Es un atropello", insistió el médico gremialista, que, según afirma, se encuentra "tutelado"; es decir, fue aceptado como autoridad sindical por el IOMA y por el Ministerio de Trabajo bonaerense.

Fuentes vinculadas al IOMA, sin embargo, afirmaron a LA NACION que el único vínculo que el gremialista tenía con la obra social "era una medida cautelar". Según explicaron desde el organismo, Seillant había presentado un recurso de amparo en 2010, ante la justicia provincial, porque quería pasar de planta transitoria a planta permanente. Esa resolución demoró diez años y, mientras tanto, el sindicalista y auditor del IOMA percibió su sueldo con regularidad. "Se le ofreció, pero nunca quiso firmar un contrato de locación", remarcaron.

El médico gremialista Idelmar Seillant, que lleva ocho años a la cabeza del Sindicato Único de Profesionales, Trabajadores y Técnicos del IOMA (Supttioma), fue despedido junto a otras cinco integrantes del gremio con más de15 años en sus puestos
El médico gremialista Idelmar Seillant, que lleva ocho años a la cabeza del Sindicato Único de Profesionales, Trabajadores y Técnicos del IOMA (Supttioma), fue despedido junto a otras cinco integrantes del gremio con más de15 años en sus puestos

"No es que lo echaron, sino que la Justicia, en diciembre de 2020, le informa al IOMA que no da lugar a lo que solicita el presidente de Supttioma", justificaron la salida las fuentes relacionadas a la obra social bonaerense, y dispararon: "Seillant, al menos, tendría que reconocer que hay un conflicto de intereses y ético. No se puede estar de los dos lados del mostrador. Era auditor y prestador al mismo tiempo".

La situación de las demás integrantes de Supttioma despedidas sería similar, según indicaron las fuentes cercanas a Giles, el camporista a cargo de la obra social provincial. "Algunas estaban dentro de la misma presentación ante la Justicia, pero habían firmado contratos mientras esperaban una resolución. Esos contratos tenían vencimientos y se cayeron", detallaron las fuentes, y adelantaron: "De todas maneras, con esas personas ya se está trabajando para que continúen".

"Falsos peronistas"

Seillant, en cambio, afirma: "Nunca me dejaron firmar contrato por estar bajo una medida cautelar, aún cuando el juez me lo habilitaba". Junto al resto de la comisión que integra Supttioma, bajo el lema "si nos tocan a uno, nos tocan a todos", el gremialista encabeza una campaña contra los despidos, que tendrá su expresión formal el próximo 3 de febrero en las calles de la ciudad de La Plata, en donde los referentes se manifestarán frente a las puertas del instituto y frente a la casa de gobierno de la Provincia para acercar un petitorio a Kicillof.

"Repudiamos la actuación de los directivos del IOMA, a expensas de los deseos y requerimientos del Sr. Homero Giles y la runfla política que lo acompaña en la gestión de la provincia de Buenos Aires, en vista de los hechos ocurridos contra trabajadores del Instituto de Obra Médico Asistencial", empieza un comunicado firmado por los empleados de Supptioma despedidos -María Adela Silveira, secretaria de Asuntos Jurídicos; Silvia Adela Gutiérrez, vocal; Sandra Karina Rodríguez, delegada; Sandra Estela María Bottero, vocal suplente; Adriana Elizabeth Benavídez, secretaria de Acción Social y Turismo, y el presidente, Seillant-.

En el texto, los firmantes denuncian el "despido arbitrario y sin justa causa" de Seillant y sus compañeras. "Todos dirigentes de nuestro sindicato Supttioma, todos con más de 15 años de actividad en el IOMA", indican. "Repudiamos a los 'falsos peronistas', por la 'falsa reivindicación de derechos' y la discriminación de trabajadores", continúa el comunicado que exige la "reincorporación inmediata" de los desplazados.

Carta a Axel Kicillof

Seillant envió hace unos días una carta documento dirigida a Kicillof, en la que denuncia que "los funcionarios del IOMA acaban de perfeccionar los despidos inmotivados de seis trabajadores, que resultan ser miembros de la Comisión Directiva" del sindicato Supttioma, y alega que todos ellos tenían contratos vigentes hasta marzo de 2024.

"Todos ejerciendo regularmente la representación sindical invocada, todos sin haber sido reprochados sus comportamientos disciplinarios, todos sin que se haya instrumentado previamente la exclusión judicial de las tutelas sindicales afectadas y todos por el solo hecho de ejercer legalmente los derechos sindicales que emanan del sistema sindical argentino", indicó Seillant, y agregó: "Solicito que intervenga, a fin de exigirle al presidente [del IOMA] la íntegra revocación de este tipo de decisiones que afectan gravemente la garantía de la libertad sindical y elementales derechos del trabajo".

"Pamización del IOMA"

El conflicto por los despidos recientes, se da en el marco de un 2020 cargado de deudas de pago y desacuerdos entre el IOMA y los organismos asociados, como la Agremiación Médica Platense, con la cual el ente de Giles cortó convenio en dos oportunidades, medida que inhibió la atención de 5000 médicos.

Además, entre rumores que persisten acerca de la posible "pamización" del IOMA -que impediría al afiliado elegir el profesional y el lugar de atención-, un fantasma que apareció tras darse a conocer que la cúpula de Giles adquirió una clínica en la localidad de Temperley, inaugurada el 10 de agosto pasado, y que avanzaría en negociaciones para comprar otros centros médicos.

En efecto, a principios de enero, Giles inauguró un centro de policonsultorios en La Plata para la atención exclusiva de afiliados del IOMA. El temor, entre los profesionales de la salud, es que se pauperice el mercado de atención, dado que la obra social elige su propio equipo de médicos para atender los centros y no exige un copago en estos lugares, lo cual incentiva a concentrar allí el flujo de pacientes afiliados.

Sobre este punto, el presidente del IOMA había explicado a LA NACION que "nadie está obligado a atenderse en el sanatorio de Temperley", y que la institución "no tiene recursos para seguir invirtiendo" en centros propios. "De tener las herramientas, desde ya que estaríamos dispuestos", manifestó Giles, meses atrás. Todo indicaría que el IOMA se ingenió para conseguir esas herramientas y sumar un nuevo centro de salud bajo su ala.

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