Cristina convoca a un acuerdo nacional por crisis con el dólar

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La vicepresidente difundió una carta por redes sociales: "27 de octubre. A diez años sin él y a uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas". No irá al acto hoy por aniversario del fallecimiento de Néstor Kirchner.

Cristina de Kirchner irrumpió ayer con una extensa carta a propósito del aniversario que se conmemora hoy -la muerte de Néstor Kirchner y el triunfo electoral- con un análisis de la situación económica que calificó de “agobiante”. No es exactamente un manifiesto de apoyo al Presidente pero sí una explicación desde su punto de vista sobre la crisis que atraviesa el país. Más se inclina a señalar la resistencia que considera se crea ante un gobierno peronista y la necesidad de un acuerdo con todos los sectores para amortiguar la crisis.

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Entre líneas también apuntó a funcionarios “que no funcionan” y sentenció que no se deja gobernar al peronismo. Habla de un escenario con el impacto de la pandemia, y señala que “el freno a la economía y la incertidumbre generalizada” son agobiantes.

“Hoy, luego del derrumbe macrista y en plena pandemia, y pese a no tener obligaciones de pago en moneda extranjera en lo inmediato gracias a la reestructuración de deuda llevada a cabo por el Gobierno, con superávit comercial y mayor nivel de reservas en el BCRA que cuando terminó mi gestión, continuamos con la restricción externa de esa moneda -o faltan dólares o hay demasiada demanda- a la que se suma una más que evidente extorsión devaluatoria”.

Explica, Cristina, que la Argentina es el único país con una economía bimonetaria y que el problema “de la economía bimonetaria no es ideológico. “Todos los gobiernos nos hemos topado con él”, señala. y que “ese funcionamiento bimonetario es un problema estructural de la economía argentina”.

“El problema de la economía bimonetaria que es, sin dudas, el más grave que tiene nuestro país, es de imposible solución sin un acuerdo que abarque al conjunto de los sectores políticos, económicos, mediáticos y sociales de la República Argentina. Nos guste o no nos guste, esa es la realidad y con ella se puede hacer cualquier cosa menos ignorarla”.

“El 10 de diciembre de 2019 a la Argentina otra vez la habían derrumbado, pero nadie esperaba, ni siquiera podía imaginar, lo que iba a venir apenas unos meses después. El freno a la economía y la incertidumbre generalizada sobre que va a pasar con nuestra vida son agobiantes. No está explicado en ningún libro ni hay teoría que lo resuelva. No hay soluciones. Es permanente ensayo y error. O mejor dicho: brote, contagio y volver otra vez para atrás. Aquí y en todas partes. Así y todo el tiempo. Sin embargo, aún en este marco de incertidumbre por la pandemia global y a casi un año de gobierno, sí podemos llegar a algunas certezas, al menos en el campo de la política”.

... La vicepresidente considera que muchas críticas que se le hicieron sobre su estilo, en realidad apuntaban a las decisiones de su gobierno. No escuchar, confrontar, entre otras cualidades que se le asignaron, recuerda Cristina, también desde dentro del peronismo. Confía entonces que “la verdad es que ese fue también uno de los motivos que culminó en mi decisión del 18 de mayo de 2019”, cuando elige que Alberto Fernández fuera el candidato porque “resultaba esencial la construcción de un gran frente político y social que permitiera ganar las elecciones presidenciales con la convicción de que un nuevo mandato del macrismo arrasaría definitivamente con la posibilidad de un modelo de desarrollo argentino con inclusión social y razonable autonomía”.

Recordó la vicepresidenta que Alberto F. “se fue del gobierno y se convirtió en un duro crítico de mi gestión” y que “justo es decirlo, no fue el único”.

“Sus características personales y su experiencia política al lado de Néstor, signadas por el diálogo con distintos sectores, por la búsqueda de consensos, por su íntimo y auténtico compromiso con el Estado de Derecho -tan vulnerado durante el macrismo-, su contacto permanente con los medios de comunicación cualquiera fuera la orientación de los mismos y finalmente su articulación con todos y cada uno de los sectores del peronismo que, dividido, nos había llevado a la derrota electoral; determinaron que junto a mí, como vicepresidenta, encabezara la fórmula del Frente de Todos que triunfó en las elecciones del 27 de Octubre, hace exactamente un año”.

“En este marco de derrumbe macrista más pandemia, quienes idearon, impulsaron y apoyaron aquellas políticas, hoy maltratan a un Presidente que, más allá de funcionarios o funcionarias que no funcionan y más allá de aciertos o desaciertos, no tiene ninguno de los “defectos” que me atribuían” sostiene Cristina y llega a la “primera certeza” que sentencia: “Castigan al Presidente como si tuviera las mismas formas que tanto me criticaron durante años. A esta altura ya resulta inocultable que, en realidad, el problema nunca fueron las formas. En realidad, lo que no aceptan es que el peronismo volvió al gobierno y que la apuesta política y mediática de un gobierno de empresarios con Mauricio Macri a la cabeza, fracasó” y asegura que “es notable, sobre todo en el empresariado argentino, el prejuicio antiperonista” y además “ inentendible si uno mira los resultados de los balances de esas empresas durante la gestión de los gobiernos peronistas o kirchneristas”.

“El relato del “Presidente títere” lo utilizaron con Néstor respecto de Duhalde, conmigo respecto de Néstor y, ahora, con Alberto respecto de mí. Después de haber desempeñado la primera magistratura durante 2 períodos consecutivos y de haber acompañado a Néstor durante los 4 años y medio de su presidencia, si algo tengo claro es que el sistema de decisión en el Poder Ejecutivo hace imposible que no sea el Presidente el que tome las decisiones de gobierno. Es el que saca, pone o mantiene funcionarios. Es el que fija las políticas públicas. Podrá gustarte o no quien esté en la Casa Rosada. Puede ser Menem, De La Rúa, Duhalde o Kirchner. Pero no es fácticamente posible que prime la opinión de cualquier otra persona que no sea la del Presidente a la hora de las decisiones”.

“A nosotros nunca nos movió el rencor ni la venganza. Al contrario, la responsabilidad histórica y el deber político para con el pueblo y la Patria guiaron todas y cada una de nuestras decisiones y acciones. No hay demostración más cabal de ello que haber decidido con el volumen de nuestra representación popular, resignar la primera magistratura para construir un frente político con quienes no sólo criticaron duramente nuestros años de gestión sino que hasta prometieron cárcel a los kirchneristas en actos públicos o escribieron y publicaron libros en mi contra. Deberán esforzarse mucho para encontrar en la historia argentina ejemplos similares”.

Al final del escrito, Cristina agradece muestras de reconocimiento y cariño “ hacia quien fuera mi compañero de vida” y “especialmente a Alberto tanto por la decisión de repatriar la figura de bronce de Néstor que alguna vez emplazamos en la sede de la UNASUR en Quito, allí en la exacta mitad del mundo, como la de su nuevo emplazamiento en el hall del Centro Cultural Kirchner. Sinceramente, es una caricia al alma”.

Al inicio de la carta, Cristina justificó que “como todos y todas saben, no concurro a actividades públicas u homenajes que tengan que ver con aquel 27 de octubre. Tal vez sea un mecanismo inconsciente de no aceptación ante lo irreversible. No sé… Ya saben que la psicología no es mi fuerte. Pero además resulta que mañana también se cumple un año del triunfo electoral del Frente de Todos. ¿Qué increíble, no? Que la elección presidencial en la que volvimos a ganar haya coincidido justo con el 27 de octubre. Licencias que se toma la historia”.

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Fuente: Ámbito