MasterChef Celebrtity: Boy Olmi rompió una regla de oro, pero nadie le dijo nada

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Desde que comenzó MasterChef Celebrity se instalaron los rumores sobre favoritos, intocables, etc. Los que quieren pensar bien, entienden que la distinción tiene que ver con las cualidades para el manejo de ollas y sartenes; el resto, en cambio, piensa en cuestiones de rating y rebote en redes.

Boy Olmi, con su hablar pausado y su paladar exótico, conquistó ambos terrenos. Por un lado es el que más creatividad aporta a la hora de la realización (incluyendo los emplatados, que casi siempre son para la foto), por el otro tiene un público fiel en redes sociales que celebra entusiasmado cada buena devolución, y en las malas se enoja.

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Tal vez tenga que ver, tal vez no, pero lo cierto es que conforme avanza la competencia los jurados le ajustan la exigencia, aunque al mismo tiempo lo tiñen de una pátina de benevolencia, de la que no gozan muchos de sus compañeras y compañeros.

En el programa del martes, el "favoritismo" quedó plasmado en tres momentos precisos. Durante la ejecución de los platos que él y su equipo tenían que presentar, el jurado se mostró molesto porque no oficiaba como capitán, tarea que se le había encomendado: "Boy está encapsulado en sus problemas y no está ayudando a nadie", resumió Germán Martitegui.

Tampoco le fue muy bien cuando pasaron por su estación de trabajo. La falta de ingredientes clave lo dejaban muy mal parado. Sin embargo, contra todo pronóstico, a la hora de dar un veredicto, Olmi y su equipo pasaron al frente y quedaron entre los mejores.

Si bien lo anterior es subjetivo, lo que siguió después fue indisimulable, sucedió mientras el jurado le daba su parecer a Leti Siciliani: el participante esperó el resultado final subido a su mesada de trabajo.

Por una situación similar, Dolli Irigoyen (que en dos semanas se sumará como jurado en reemplazo de Martitegui) le hizo pasar un mal momento al Polaco. "Nunca un cocinero se sienta arriba de la mesada en donde cocina", le recalcó con el índice en alto y visiblemente molesta.

Sin embargo, en este caso la vara no fue la misma para todos. Y Boy Olmi pasó indemne, cómodo y con la frente bien alta a la siguiente etapa del certamen.

Fuente: La Nación