David Castro, joven de Las Termas de Río Hondo, participó en la miniserie de Netflix sobre el caso Fernando Báez Sosa, una experiencia que marcó un antes y un después en su vida personal y profesional.
Como muchos jóvenes de Las Termas de Río Hondo, David Castro viajó a la costa atlántica durante el verano en busca de trabajo. La temporada comenzó de manera difícil: apenas inició su empleo sufrió la picadura de una araña, estuvo internado tres días en Pinamar y, durante ese tiempo, le robaron su celular.
En medio de ese momento complicado, mientras trabajaba como mozo, conoció a un productor del canal Crónica. Al notar su parecido físico con Fernando Báez Sosa, el productor le propuso participar en un proyecto audiovisual relacionado con el caso que conmocionó al país.
Al principio, David y su familia pensaron que podía tratarse de una broma o una estafa. Sin embargo, con el paso de los días ganó confianza, envió sus fotos y finalmente fue seleccionado entre más de 1.200 jóvenes, recibiendo la convocatoria formal en febrero.
Su primer rodaje fue el 23 de ese mes. Aunque estaba nervioso, se sintió contenido y seguro. Las grabaciones se realizaron en un boliche de Pinamar, luego en Villa Gesell y finalizaron en Dolores, en el marco de una intensa semana de filmación.
Tras regresar a Las Termas de Río Hondo, continuó trabajando en un bar y luego en un restaurante. En junio recibió un nuevo llamado desde Buenos Aires: viajó por primera vez en avión, se alojó en hoteles y volvió a participar del proyecto. Para él, fue una experiencia inolvidable, muy profesional y transformadora.
La miniserie de cuatro capítulos ya está disponible en Netflix. David reflexiona que el documental lo ayudó a tomar conciencia sobre las consecuencias de la violencia y la importancia de prevenir tragedias. Con sueños renovados, el joven termese planea seguir estudiando, aprender inglés, explorar el canto y generar contenido en redes, convencido de que el esfuerzo y la disciplina pueden abrir nuevas oportunidades.
Fuente: Eduardo Carrizo