Las recientes tormentas en California han causado inundaciones, deslizamientos de tierra y al menos dos muertes, afectando gravemente la infraestructura y la seguridad pública.
Un sistema de tormentas excepcional ha impactado de manera significativa y severa diversas regiones de California en el transcurso de la festividad navideña, provocando precipitaciones intensas, vientos huracanados y nevadas copiosas que han llevado al cierre de vías de comunicación críticas, así como a la clausura de pistas en aeropuertos y la emisión de alertas por tornados y inundaciones repentinas. A pesar de que este fenómeno comenzaba a perder intensidad en la jornada del viernes, las autoridades competentes han señalado que los riesgos asociados permanecen latentes, especialmente en la costa, en áreas adyacentes a Los Ángeles y en las zonas montañosas de la Sierra Nevada.
Se prevé que las olas en el Área de la Bahía de San Francisco alcancen alturas de hasta 7,6 metros, mientras que en el sur de California se mantiene la amenaza de inundaciones y deslizamientos de lodo. En la región del lago Tahoe, continúan las advertencias sobre posibles avalanchas. En la localidad montañosa de Wrightwood, situada aproximadamente a 130 kilómetros al noreste de Los Ángeles, se instó a los residentes a estar preparados para evacuar debido a la inestabilidad del terreno.
El fenómeno meteorológico ha sido impulsado por una serie de ríos atmosféricos, que son grandes corrientes de humedad que surgen del océano, atravesando California durante más de una semana y coincidiendo con uno de los períodos de mayor afluencia turística del año. Según el Servicio Meteorológico Nacional, este sistema ha ocasionado la temporada navideña más lluviosa en el centro de Los Ángeles en 54 años, con múltiples récords diarios de precipitaciones superados el 24 de diciembre en localidades como Los Ángeles y Burbank.
En la madrugada del jueves, las intensas lluvias inundaron calles en el norte del estado, provocando deslizamientos de tierra en áreas previamente afectadas por incendios forestales en el sur de California y cubriendo extensas regiones de la Sierra Nevada con nieve húmeda. En algunas comunidades montañosas, los habitantes pasaron la Navidad bajo órdenes de evacuación.
Tras una breve pausa con cielos despejados y algo de sol durante la tarde del jueves, las tormentas regresaron por la noche. Los pronósticos anticiparon nuevas precipitaciones que oscilarían entre 25 y casi 40 milímetros en ciudades que ya habían registrado niveles récord de lluvia, con acumulaciones que podrían duplicarse en áreas montañosas. En los condados de San Luis Obispo, Santa Bárbara y Ventura se esperaban hasta 38 milímetros adicionales, mientras que en la zona de Oxnard se mantuvo una alerta por inundaciones repentinas hasta la tarde.
Wrightwood se posiciona como la localidad más afectada del estado. El miércoles, una avalancha de barro, rocas y escombros impactó viviendas y edificaciones, cubriendo calles con lodo espeso. Muchas rutas y puentes resultaron destruidos y algunas residencias acumularon hasta cinco pies de barro en su interior. Las condiciones continuaban siendo tan peligrosas que la empresa de servicios de emergencia tuvo que suspender las operaciones de rescate hasta que la situación mejorara.