El Papa León XIV pronunció un emotivo discurso en la Plaza de San Pedro, instando a la protección de los niños del mundo en el cuarto domingo de Adviento.
La Plaza de San Pedro se vio colmada de fieles el domingo 21 de diciembre, coincidiendo con el cuarto domingo de Adviento y la proximidad de la festividad navideña. En este contexto, el Papa León XIV realizó la bendición de las imágenes del Niño Jesús, mientras miles de jóvenes presentes prestaban atención a sus palabras, que se centraron en la necesidad de promover la paz mundial y proteger la integridad de los menores. Este acto de oración dejó una profunda repercusión en un momento significativo para la Iglesia católica.
La primera gira internacional de León XIV ha marcado un hito en su pontificado, simbolizando el inicio de una etapa renovada. A su vez, el Sumo Pontífice ha convocado un Consistorio de cardenales programado para el 7 y 8 de enero, que dará inicio a la segunda fase de su liderazgo en la Santa Sede. El 8 de mayo del presente año, el Papa León fue elegido, y aguarda este aniversario para una nueva convocatoria que iniciará otra fase en su ministerio.
El propósito de este Consistorio es fomentar el discernimiento común y establecer un marco de apoyo y asesoramiento al Santo Padre. Durante dos días, los cardenales se reunirán con el Papa León XIV, fortaleciendo así los vínculos entre la conducción del Vaticano y los miembros de la Iglesia universal. Esta interacción es fundamental para el desarrollo de la misión pastoral de la institución.
Durante el Ángelus del IV Domingo de Adviento, el Papa León XIV expresó su oración y su preocupación por los niños del mundo, en la misma Plaza de San Pedro, que se encontraba llena de jóvenes portando figuras del Niño Jesús. Estas figuras fueron posteriormente bendecidas por el Santo Padre. Esta tradición, que data desde 1969, tuvo su culminación en 2025, con la expectativa de que más de 1500 jóvenes, acompañados por sus catequistas, se unieran a esta celebración en las inmediaciones del Vaticano.
El rezo del Papa se centró en el pesebre, dirigiendo sus intenciones hacia la paz para todos los niños del planeta y subrayando el papel de San José como figura de justicia y misericordia. «En este tiempo de gracia, no perdamos ocasión para practicarlas: perdonando, animando, dando un poco de esperanza a las personas con las que vivimos y a aquellas que encontramos. Y renovando en la oración nuestro abandono filial al Señor y a su Providencia, encomendándole todo con confianza.», enfatizó León XIV.
El Papa también hizo un llamado urgente en su oración, señalando que los niños son los «más afectados por guerras y crisis». Una de las intervenciones más destacadas en su discurso fue: «Queridos chicos, ante el pesebre, recen a Jesús también por las intenciones del Papa. Recemos juntos para que todos los niños del mundo puedan vivir en paz». De este modo, la ceremonia tradicional se centró en los significativos eventos que se aproximan al finalizar el año, resaltando la importancia de la solidaridad y la paz en el contexto actual.