20/12/2025

André Rieu: El Maestro del Vals Revela Su Castillo en Maastricht

André Rieu, el célebre violinista, comparte su historia íntima desde su castillo en Maastricht.

Las entrevistas de alto calibre se desarrollan con una meticulosa atención al detalle. La conexión entre André Rieu y el público argentino tiene un trasfondo significativo que se remonta a 1999, cuando el artista fue entrevistado por Rony Vargas en la ciudad de Córdoba. En aquel momento, Rieu empezaba a destacar como un intérprete excepcional, aunque pocos podían prever su ascenso a un fenómeno global en la música. Veintiséis años más tarde, dicha conversación ha encontrado su continuación en Maastricht, Países Bajos, ciudad natal del violinista y epicentro de su prolífica carrera musical.

Maastricht trasciende su reputación como la ciudad del tratado histórico que dio origen a la Unión Europea; se ha convertido en el núcleo creativo de Rieu. Durante cada invierno, el músico transforma un vasto recinto en un mágico universo navideño, evocando un ambiente sacado de las páginas de un relato de Dickens. Este evento no se limita a ser un concierto convencional, sino que se configura como una experiencia sensorial, donde los asistentes comparten una cena, brindan y se emocionan, todo mientras Rieu dirige a una orquesta compuesta por músicos de diecisiete nacionalidades diferentes.

Para el maestro violinista, la música no se concibe como un acto solemne destinado exclusivamente a las élites. En sus propias palabras, "En las orquestas tradicionales veía caras serias, aburridas o gente pendiente de mostrar su ropa nueva". Rieu ha buscado ofrecer lo contrario: música accesible para todos, interpretada con pasión, convirtiéndose en un lenguaje universal que logra llenar estadios donde otros géneros han fracasado.

El diálogo no se llevó a cabo en un entorno de estudio, sino en su propio castillo, que representa una materialización de su trayectoria vital. Alejado de los reflectores, Rieu se presenta como un individuo introspectivo y consciente de su historia personal. Su infancia, caracterizada por una rigidez educativa, estuvo marcada por la figura de un padre director de orquesta y un ambiente afectivo distante. De niño, en la escuela infantil, solía preguntar a sus compañeros qué violín tocaban, convencido de que cada uno de ellos poseía uno.

En la actualidad, Rieu es el custodio de uno de los escasos Stradivarius que existen en el mundo. De manera curiosa, no se considera su propietario absoluto: "Soy su cuidador. Alguien que lo tiene un tiempo para luego entregarlo a la siguiente generación". Durante años, ha buscado un sonido capaz de emular la voz de Maria Callas, y afirma haberlo encontrado en su propio instrumento.

Detrás de la brillantez de los valses de Johann Strauss, la vida de Rieu ha estado marcada por episodios de adversidad financiera. El músico rememoró un ambicioso proyecto que lo dejó con una deuda de 36 millones de dólares. "Fui un mal empresario", admite sin titubear. No obstante, esa caída se convirtió en el combustible que alimentó su posterior recuperación. Su filosofía es inequívoca: el éxito demanda asumir riesgos que en ocasiones pueden parecer inalcanzables.