El presidente Donald Trump manifestó en NBC que no descarta un conflicto bélico con Venezuela mientras se intensifican las incautaciones de buques en sus aguas.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, realizó una entrevista telefónica con la cadena NBC News el pasado jueves, en la cual ofreció declaraciones contundentes sobre la situación actual en Venezuela.
Uno de los aspectos más significativos de la entrevista fue la falta de negación de Trump respecto a la posibilidad de un conflicto bélico con Venezuela. Cuando fue cuestionado de manera directa acerca de si las operaciones en curso podrían derivar en un enfrentamiento armado, respondió: "No lo descarto, no".
Asimismo, defendió la reciente orden de bloqueo naval emitida contra los petroleros sancionados, enfatizando que las incautaciones de embarcaciones en las proximidades de aguas venezolanas continuarán. Advirtió que si los barcos "siguen navegando tontamente", estos podrían ser desviados hacia puertos estadounidenses.
El mandatario vinculó estas acciones a la lucha contra el narcotráfico, acusando al régimen de Nicolás Maduro de utilizar los ingresos petroleros para financiar actividades de narcoterrorismo. Aunque no proporcionó una confirmación explícita sobre si el derrocamiento de Maduro es su meta final, fue enigmático al declarar: "Él sabe lo que yo quiero, y lo sabe mejor que nadie".
La entrevista con NBC se llevó a cabo poco después de un discurso a la nación, donde Trump priorizó temas económicos y el anuncio de un "Bono Guerrero" para los militares, eludiendo profundizar en la crisis venezolana, a pesar de las expectativas generadas en torno a un posible pronunciamiento sobre este asunto.
La respuesta de Venezuela fue inmediata y cargada de tensión, no solo en el ámbito local, sino también en la región. Caracas ha manifestado su disposición a llevar a cabo una defensa irregular asimétrica ante cualquier intervención. Maduro calificó las amenazas de Trump como "absolutamente irracionales" y prometió romper con el maleficio de la traición, acusando a Estados Unidos de piratería naval criminal.
La vicepresidenta Delcy Rodríguez hizo un llamado a los presidentes de Brasil, Colombia y México, instándolos a unirse contra lo que considera una estrategia de seguridad nacional de EE.UU. que podría amenazar a toda la región. Los países vecinos han adoptado una postura de cautela, rechazando cualquier escalada militar, destacando que la administración de Lula defiende el diálogo como la única solución válida, advirtiendo que un conflicto armado en Venezuela podría tener repercusiones en ciudades como Bogotá o Río de Janeiro.