Los artistas María Becerra y J Rei vivieron una experiencia única al observar auroras boreales en el círculo polar ártico de Finlandia.
María Becerra y J Rei se encuentran en un periodo significativo tanto en su trayectoria personal como en su desarrollo artístico, por lo que decidieron conmemorar este momento mediante un viaje largamente anhelado. La pareja se desplazó hacia Finlandia, en la región del círculo polar ártico, con el propósito primordial de contemplar las auroras boreales, uno de los fenómenos naturales más impresionantes y complejos de observar.
La vivencia superó todas las expectativas previas. En su primer día en el norte de Europa, la naturaleza les ofreció un espectáculo sublime, con un cielo adornado por luces vibrantes en tonalidades verdes y rosadas que danzaban sobre el horizonte. Este instante fue documentado a través de fotografías y videos que ambos artistas compartieron con celeridad en sus redes sociales, provocando la admiración de sus seguidores.
La intensidad de la emoción de María Becerra fue palpable. A través de sus historias, la intérprete comunicó su asombro con palabras sencillas, pero imbuidas de profunda emoción. “Miren cómo bailan, son tan hermosas. Qué afortunados somos”, redactó mientras mostraba el fenómeno en tiempo real. Además, subrayó la inusualidad de presenciar las auroras, dado que su aparición está sujeta a múltiples variables, como la actividad solar y las condiciones meteorológicas.
Por su parte, J Rei caracterizó el viaje como “las vacaciones de nuestros sueños” y relató que tuvieron la fortuna de observar las auroras en su primera salida nocturna, un hecho poco común incluso para quienes visitan esta región durante la temporada alta. Para el músico, dicho episodio fue “una bendición de la naturaleza ante nuestros ojos”, una expresión que encapsuló la profunda repercusión emocional que tuvo la experiencia.
Las auroras boreales se generan en áreas cercanas al Polo Norte, como Finlandia, Noruega e Islandia, cuando las partículas cargadas provenientes del sol colisionan con la atmósfera terrestre a elevadas altitudes. Este contacto produce cortinas luminosas de diversas tonalidades que se desplazan por el firmamento, creando un efecto visual singular que atrae anualmente a miles de turistas de todas partes del mundo.
A pesar de la magnificencia del espectáculo, la experiencia no estuvo exenta de desafíos. Las temperaturas extremas, que alcanzaban los 20 grados bajo cero, obligaron a la pareja a abrigarse adecuadamente para disfrutar del fenómeno. No obstante, el intenso frío pasó a un segundo plano ante la grandeza del momento vivido.