María Becerra y J Rei eligen Finlandia como destino vacacional para presenciar auroras boreales y disfrutar del fenómeno natural.
Luego de culminar una exitosa gira a nivel nacional y tras haber hecho historia al convertirse en la primera mujer argentina en agotar el Estadio River Plate, María Becerra, de 25 años, emprendió un viaje a Finlandia junto a su pareja, J Rei, de 27 años, con el objetivo de presenciar las célebres auroras boreales.
En su cuenta de Instagram, la cantante publicó: “Gracias Dios, gracias vida. Nuestro primer día en Finlandia y ya pudimos ver auroras”, acompañando su mensaje con una fotografía en la que se les observa abrigados en medio de un paisaje nevado, con luces verdes danzando sobre sus cabezas, un espectáculo natural de indescriptible belleza.
Becerra también compartió un video en el que expresó: “Miren cómo bailan, son tan hermosas. Qué afortunados somos. Es difícil ver auroras porque se necesitan muchos factores para presenciar este fenómeno”. En dicho video se puede apreciar el impresionante fenómeno luminoso característico del país nórdico.
La pareja, que anteriormente había manifestado su deseo de visitar el Ártico con el fin de observar las auroras boreales, se mostró entusiasmada por su inesperada suerte en este empeño. Así lo corroboraron mediante sus publicaciones, reflejando una palpable felicidad en sus palabras.
En una publicación adicional, la cantante reiteró: “Hoy en nuestro primer día de caza de auroras las vemos así de hermosas e intensas. La misma guía nos dijo que es la primera vez que las ve así”, mientras sus gritos de emoción resonaban por los colores vibrantes de las auroras boreales.
Paralelamente, Julián Reininger, nombre real del artista de trap, publicó en su perfil de Instagram una serie de imágenes que retratan a la pareja en un entorno helado del Círculo Ártico, donde las temperaturas descendían a 20 grados bajo cero.
En su publicación, expresó: “Las vacaciones de nuestros sueños, venir a ver auroras boreales y en la primera que salimos a cazarlas las vimos en color verde y rosa, una bendición de la naturaleza ante nuestros ojos”. A consecuencia de las extremas condiciones climáticas, la pareja se refugió en una carpa negra, donde encendieron un fuego para asar malvaviscos, disfrutando de gran parte de la noche junto a la fogata.