El exparticipante de Gran Hermano, Martín Ku, lanza un negocio de tanghulu inspirado en la gastronomía china en Buenos Aires.
La tradición de la gastronomía callejera china, que ha sido objeto de interés durante décadas, ha llegado a Buenos Aires gracias a un reconocido exintegrante de un famoso reality show. Martín Ku, quien se destacó en Gran Hermano 2023, ha asumido el papel de pionero al introducir en el mercado argentino los tanghulu, una exquisita golosina que ha comenzado a atraer a un amplio público amante de los sabores dulces.
El surgimiento de este emprendimiento gastronómico no fue un proceso espontáneo. La concepción del negocio se inició hace más de dos años, en colaboración con su amigo y excompañero de reality, Facundo Chen. Aunque el proyecto original se centraba en la apertura de una tienda de dulces artesanales, con el paso del tiempo, la idea se refinó hasta llegar a su núcleo: la preparación de frutas caramelizadas.
El joven, cuyo apodo es “El Chino”, explicó la esencia del producto: “Decidimos transformarlo en estas brochetas de frutas que se bañan en una capa muy fina de caramelo, queda crocante y muy rico”. Situado en el corazón del Barrio Chino, este local se erige como el primero y único de su tipo en el país. La elaboración de los tanghulu exige una técnica meticulosa y, primordialmente, una inmediatez total, dado que el producto presenta una duración extremadamente limitada.
En este contexto, Martín enfatizó la relevancia de mantener altos estándares de calidad: “Los tanghulu son estas brochetas de frutas, como frutilla y uva, bañadas en esta capa superfinita de caramelo. Se hacen artesanalmente y literalmente duran dos horas. Pasado ese tiempo se echa a perder por lo que hay que descartarlo”. Esta particularidad resalta la necesidad de un manejo preciso en la producción.
Durante el tiempo que Martín estuvo participando en el reality show, sus socios continuaron con el desarrollo del negocio de manera gradual pero constante. A lo largo de esos siete meses de confinamiento, el equipo se dedicó a perfeccionar las técnicas de caramelización para alcanzar los estándares deseados. Martín, por su parte, mantuvo la calma y delegó responsabilidades con confianza. “Sabía que, aunque me preocupara, no iba a cambiar nada desde adentro de la casa”, reflexionó sobre esa etapa.
La considerable popularidad que logró durante su participación en el programa ha tenido un impacto directo en el éxito del negocio. Este local no se limita a ser un simple punto de venta, sino que también se ha convertido en un espacio de interacción donde los clientes acuden no solo a disfrutar de los tanghulu, sino también a conocer a su ídolo, creando así un ambiente de comunidad y conexión.