El reconocido músico Chano Moreno Charpentier rememora su etapa laboral en gastronomía junto al célebre pastelero Damián Betular, en un relato marcado por excesos y aprendizajes.
En un diálogo revelador y profundamente introspectivo, Chano Moreno Charpentier ofreció una visión singular de su trayectoria antes de alcanzar la fama internacional. El exvocalista de Tan Biónica evocó su experiencia como camarero en un establecimiento gastronómico de la ciudad de Buenos Aires, donde laboró codo a codo con Damián Betular, actual figura emblemática de la televisión argentina.
Este relato emergió en el marco de una conversación en un programa de streaming conducido por Migue Granados, durante la cual el artista retrocedió a sus 26 años, época en la que el reconocimiento musical aún no había llegado a su vida. En este contexto, expuso que su sustento provino de su labor en el sector de la gastronomía, un ámbito que, con el paso del tiempo, influiría de manera significativa en su desarrollo personal.
“Yo era camarero, él era pastelero. Increíble”, recordó Chano al referirse a Betular, resaltando el notable contraste entre su pasado compartido y el presente exitoso de ambos. Según sus palabras, en aquel entonces el chef ya evidenciaba la personalidad carismática que lo define en la actualidad. “Él ya era un personaje como es hoy en Olga; siendo anónimo ya era así. Vos siempre llegabas y él estaba hablando, como haciendo un monólogo”, narró entre risas, reflejando la esencia única del chef.
No obstante, más allá de las anécdotas nostálgicas, el músico también se adentró en la atmósfera que predominaba en ese entorno laboral. Lejos de idealizar la experiencia, describió un ambiente permeado por el consumo y los excesos. “Donde yo estuve, era tremendo. Era peor que un show de rock, consumían todos. Betular no”, enfatizó, estableciendo una clara distinción respecto al comportamiento del reconocido pastelero.
Chano detalló que su ingreso a ese trabajo se produjo tras completar un tratamiento de rehabilitación, lo que le permitió mantener una sobriedad prolongada. Durante un periodo de tres años logró sostener esta estabilidad, a pesar de las constantes presiones del entorno. “Llego y estoy como tres años limpio trabajando ahí de camarero, y una noche no aguanté más”, confesó, recordando el momento difícil en el que experimentó una recaída.
Este episodio representó una de las fases más complejas de su existencia, en un contexto donde aún no contaba con el respaldo de la fama ni del éxito artístico. A medida que transcurrió el tiempo, Chano transformó estas vivencias en parte de su narrativa pública, utilizándolas como fundamento para reflexionar sobre las adicciones y los procesos de superación que enfrentó antes de consolidarse como un referente en la música.