José Luis Clerc se emocionó profundamente al evocar su relación con Guillermo Vilas, su rivalidad histórica y solicitó disculpas por diferencias pasadas.
José Luis Clerc es reconocido por su estilo desenfadado en las transmisiones deportivas, donde comparte anécdotas del circuito profesional de tenis. Sin embargo, en una reciente entrevista proporcionada por ESPN, emergió una faceta inesperada y llena de sentimiento al abordar la figura de Guillermo Vilas, quien se erige como un ícono del tenis argentino y un rival de relevancia a lo largo de su trayectoria.
La actual y delicada condición de salud de Vilas provoca un profundo impacto emocional cada vez que se menciona su nombre, tanto entre los aficionados como entre aquellos que participaron en su carrera competitiva. En este marco, “Batata” Clerc rememoró una relación caracterizada por la tensión inherente a la competencia, pero también por una admiración mutua y profunda que perdura.
Vilas y Clerc fueron actores principales de una de las rivalidades más intensas en la historia del tenis argentino. Guillermo logró alcanzar el segundo puesto en el ranking mundial el 26 de junio de 1976 y, según investigaciones posteriores, debería haber sido el número uno en 1977, un año en el que conquistó un total de 16 títulos, logro que la ATP nunca reconoció oficialmente. Por su parte, José Luis alcanzó el tercer puesto mundial en 1981, consolidándose como un referente del deporte.
Durante esos años, compartieron la representación del equipo argentino de Copa Davis, participando en una final en 1981 y en una semifinal en 1982, todo ello en un ambiente cargado de tensión. “Éramos personas muy distintas y éramos 4 y 5 del mundo. Había un contrato y el entrenador de Guillermo lo quería para él y Pato para mí. Mucha tensión, muchos nervios... pero lo extraño horrores al loco”, rememoró Clerc con nostalgia.
Clerc también evocó su primer encuentro con Vilas, cuando este regresó a Argentina tras su victoria en el Masters de 1974. “Venía al club y el profe nos dice: ‘Hoy viene Vilas a entrenar con ustedes’. ‘¡Vilas!’, gritamos todos. ‘Quiere jugar cinco sets’. Lo cagué a pelotazos. Agarró el bolso y se fue. Así comenzamos”, compartió con una mezcla de humor y admiración.
En un emotivo momento, sentado en el salón de Pablo González, Clerc se mostró visiblemente conmovido al hablar de su antiguo adversario. “No sabés lo que lo extraño... Lo quiero, lo extraño”, expresó, dejando entrever su profunda conexión emocional. Ante la pregunta sobre lo que le diría hoy a Vilas, respondió: “Fuiste un ídolo y un genio, gracias por todo lo que hiciste por mí”.
Finalmente, Clerc no dudó en ofrecer disculpas por los conflictos del pasado. “Que me disculpe si alguna vez le falté el respeto, son muchas veces que le falté el respeto, pero una en serio”, aseveró, con una carga emocional evidente. Asimismo, agradeció el legado de Vilas al señalar: “Gracias por todo lo que hiciste por mi país y gracias por todo lo que hiciste también por mí”.