Luis, el padre, Jorge y Darío, los hijos, y Jeremías, el nieto, son prueba del amor de esta familia por la pelota.
La familia Valoy es sinónimo de fútbol en Santiago del Estero. Luis Américo, el Loco, inició con esta estirpe de guerreros en el verde césped, la siguieron sus hijos Jorge y Darío y hoy la completa Jeremías, su nieto. En un nuevo informe de Noticiero 7, los protagonistas contaron su historia y revelaron qué se siente portar este apellido.
Luis Américo Valoy arrancó su carrera en Central Argentino y vistió la camisetas de muchos clubes en el fútbol de ascenso del país. Pasó por Atlético Tucumán y Racing en Primera, por Deportivo Morón y Chacarita Juniors en el Nacional B, por Laferrere, All Boys y Argentino de Quilmes en la B Metropolitana, mientras que se retiró con la camiseta del club de sus amores en el Nacional B: Central Córdoba.
"El apellido Valoy es sinónimo de fútbol, porque lo respiramos y nos corre por la sangre. Aquí el 90% del tiempo se habla de fútbol", cuenta el Loco.
Mientras que recuerda sus años en el fútbol tucumano. "Mi mejor equipo fue Atlético Tucumán, con Rogelio Domínguez como entrenador. Un maestro, un técnico muy adelantado. Fue un padre, me dejó muchas enseñanzas".
Sobre su juego, afirmó: "Confiaba mucho en mis condiciones y eso fue fundamental. Tuve el honor de marcar al mejor jugador del mundo".
El Loco contó también cómo nació el amor por Central Córdoba. "Mis inicios como jugador los hice en Central Argentino. Pero con unos amigos nos tomábamos el tren que venía de Clodomira para ir a Santiago a ver a Central Córdoba, que era el equipo del momento".
Ya retirado como entrenador también, habló de lo que lo que piensa para su futuro. "Tengo mucho para darle al fútbol, pero no como entrenador, si como coordinador. Me gustaría armar un proyecto de inferiores. Ojalá alguien se acuerde porque todavía se que tengo para darle a la juventud".
En tanto, habló de Nelda, su esposa y lo importante que fue. "Encontré una mujer que me entiende, me apoya. Es clave para llevar adelante esta profesión. Nos conocimos en la cancha y entendió todo".
Nelda Alderete fue siempre una actriz de reparto para los de afuera, pero en el mundo de los Valoy es quizás la columna vertebral. Ella también contó cómo vive día a día junto a su esposo, hijos y nietos.
"Me enamoró que iba siempre al frente. Con el tiempo me di cuenta la clase de persona que era. Había que aguantarlo. Quise acompañarlo y estuve ahí", contó Nelda, sobre el Loco.
"Siempre les dije que si me casaba con un médico u otra persona, no conocería lo que conocí con él", agregó.
Darío, el más joven de los dos hijos del Loco, también contó qué significa portar el apellido Valoy. "Siempre fui un convencido de que este apellido te obliga a más".
Darío se inició como mediocampista, pero luego se cambió de puesto y se convirtió en un sólido marcador central. "Todas mis inferiores jugué de 5. Incluso debuté en un clásico de 5, pero luego me fui a Güemes en donde conocí a Pichón Juárez, a quien le agradezco siempre, y me necesitaba de 6. Fui la figura y ahí cambié de posición".
Sobre el acompañamiento de su padre, Darío afirmó: "En mis mejores momento, cuando hablábamos, siempre tenía algo para corregir. Aprendí que era para que no me quede, que pueda crecer. Soy un privilegiado de tener el padre que tengo; es el ídolo más grande que tengo".
Jorge, el Chavo como se apoda, es conocido por tener un perfil diferente a los que caracteriza a los Valoy, más cerebral y tranquilo, pero no menos importante. "Parezco el más tranquilo de los Valoy, pero soy igual que todos. Tengo una marcha menos nada más".
Él le hace honor a su padre jugando en su misma posición. De 5. Y cuenta cómo se inició. "Siempre hubo comparaciones con mi padre. Pero soy igual que él. Arranqué de 9, pero apenas me vio Luis Boláñez en las inferiores de Central Córdoba me puso de 5".
Jorge cuenta cómo disfrutó a su padre como jugador. "Tuve el placer de verlo jugar en el viejo Nacional B en donde había grandes jugadores, con Atlético Tucumán y con Central Córdoba. Lo disfruté mucho".
Sin embargo, tuvo el placer de ser dirigido por el Loco en un equipo glorioso de Central Argentino. "Cuando me dirigió fue un orgullo; me exigía el doble y eso me hacía crecer como jugador".
Por último, el que le da continuidad al apellido dentro de los campos de juegos es Jeremías. Hijo del Chavo y nieto del Loco, es, a diferencia de los demás, un futbolista dedicado a la ofensiva. "Arranqué desde muy chico. Desde que nací me gustaba el fútbol. Me gustaba jugar de 9, pero como tenía buena técnica, mi abuelo me puso de enganche".
Él cuenta lo importante que es tener a tantos referentes en su familia. "Los escucho siempre. Tienen mucho para darme. Vivieron cosas que aun no pasé y tengo que aprender".
Por último contó qué significa para el apellido Valoy para él. "Es un apellido importante en el fútbol santiagueño".
Fuente: Diario Panorama